sábado, 10 de marzo de 2012

Mi tarde de sábado

Alguna vez conocieron a una persona cuyas palabras hayan quedado marcadas en su mente y su persona? Una persona que sea capaz de brindarte las palabras que nadie más pudo aún sin estar consciente de ello? Hoy tuve el privilegio de conversar con la madrina de mi papá, una mujer que a simple vista nunca me hubiese imaginado que me proporcionaría las palabras que necesitaba. Que a simple vista solo era una mujer mayor, con dificultad para caminar, pero aún así irradiaba fortaleza y seguridad. Y hablar con ella no hizo más que confirmar mis pensamientos.
Estábamos sentadas, mi mamá, ella y yo, cuando repentinamente decido preguntarle por una foto que me habían mostrado suya, de cuando era joven, montando una moto. Me llamó la atención, y quise saber la historia detrás de ésta. Cosa que una anécdota nos llevó a la otra y terminó contándome de su vida, sus experiencias y aprendizajes, sus pensamientos en general. Pareciera que estaba destinada a escuchar las palabras correctas que salieron de su boca, porque cada tanto me perdía, y no entendía muy bien lo que me contaba, pero aún así pude rescatar lo mejor.
Lección número uno: hay que restarle importancia a lo que digan los demás, que en la única persona en la que hay que confiar y creer es en uno mismo, porque si uno no lo hace, el resto tampoco lo va a hacer (que no es nada nuevo, pero que te lo diga una persona que pasó por tantas te da otro tipo de seguridad). Hay veces que vamos a tener que transitar solos por la vida, y lo único que nos queda es seguir adelante, confiando en uno mismo.
Lección número dos: todo depende de la perspectiva que adoptes. Si vos creés que valés lo suficiente, no te vas a enganchar con lo que te dicen los demás. Si llegás a encontrarte con algún comentario negativo, depende de vos cómo manejarlo. Si le das importancia, te va a terminar carcomiendo, y sino lo podés tomar y convertirlo en algo bueno, verlo como una oportunidad ya sea para fortalecerte, formarte una mejor opinión de la persona que te lo dijo, cambiar algo negativo, lo que sea. O sino está directamente no escucharlo. Ojo, hay que ver cuáles cosas ignorar y cuáles no. Depende de cada uno.
Lección número tres: ya aprendiste lo suficiente como para saber que está bien y qué está mal, solo vos decidís eso. Ahora, uno nunca termina de aprender, pero hay que sacarle el máximo provecho a todo lo que venga (*). Si vos creés que seguir tus instintos es lo correcto, hacelo. De lo contrario nunca vas a quedar satisfecho con la decisión que hayas tomado, y no lo vas a ver de manera positiva. Nadie sabe qué es bueno o malo para vos como vos mismo. Estás solo a la hora de tomar decisiones.
(*) La conversación fue así: -"Vos ya aprendiste lo suficiente, ahora hacé lo que te parezca. Fijate qué está bien o mal dentro de tus propios términos".
- "Pero para mí me falta aprender un montón de cosas todavía".
- "¿Y te pensás que a mí no? Uffff, imaginate si fuese así! Nadie aprende todo en una vida." = GENIA.
Lección número cuatro: la vida está llena de incertidumbres y miedos que están para superarlos y vencerlos. Esta "lección" se relaciona mucho con la primera, ya que si no crees en vos mismo no tenés de dónde sacar la fortaleza para luchar contra lo que te toque enfrentar. Ella me dijo que la vida a veces es como un callejón oscuro, nunca sabés lo que podés llegar a encontrar ahí, y que por más miedo que dé, hallar la fortaleza para entrar y salir de allí depende de vos.
Última lección: hay que adaptarse. No necesita mucha explicación esto. Simplemente se trata de adaptarse a las circunstancias, porque todo pasa por una razón que va más allá de nuestro entendimiento. Hay que aprender a vivir de la mejor manera, no importa lo que esté pasando alrededor.
Me dio mucho para pensar. Si bien no eran cosas que no sabía, usó los ejemplos perfectos para explicarlos, y de verdad llegó a mí. Todo lo que aprendió la dejó satisfecha con su vida, y se notaba que estaba en paz. Me hizo pensar lo del implante una vez más, y sé que me lo tengo que hacer, que al fin y al cabo es lo que la naturaleza me dio y que tengo que aprender a vivir con ello.
Linda tarde de sábado.

lunes, 5 de marzo de 2012

Un nuevo comienzo

Hace unos meses me empecé a percatar de lo mal que estaba en cuanto a mi audición. No era como si antes no lo supiera, pero en un momento en particular tuve un click y me dije "wow, esto de verdad me está afectando".  Desde los 5 años convivo con este problema, por lo que básicamente mi vida se basó en adaptarse a las circunstancias y buscar lo mejor para mí. Nunca lo había visto como un problema muy serio ya que no suponía ninguna complicación para mi desarrollo y desempeño en la vida.Y me acostumbré a vivir así, este es mi estilo de vida. Llegué a tal grado de comodidad que dejé de darme cuenta lo mucho que me estaba retrasando y perjudicando. Fue justo hace un par de meses que me dijeron que era el momento de implantarme antes de que empeore. La mayoría de las veces me mostraba reacia a la idea de una operación, "si total no lo necesito", pensaba, y la mayor parte del tiempo evadía el tema. Era como que si no lo decía en voz alta el problema no existía. Pero lamentablemente empecé a darme cuenta de lo equivocada que estaba, que inevitablemente estaba empeorando, y que sí o sí me tenía que implantar. Entonces comenzó todo el proceso de preparación psicológica, porque claramente estaba asustada hasta la médula. Al principio no podía identificar cómo me sentía con respecto al implante. Definitivamente no era algo positivo: cada vez que hablaba de mi audición lloraba, pero sin saber la razón, la causa de esas lágrimas. Entonces empecé a ir a la psicóloga, y eventualmente dejé de llorar. Pero me sigue dando miedo, sigo muy asustada, y no puedo encontrar consuelo en nada, excepto en lo que escribo y dibujo. Es mi única manera de expresarme y de liberar mis sentimientos y pensamientos que nadie más puede comprender (o eso es lo que creo) ni expresar con palabras excepto yo misma.
Me acuerdo que fue mientras me hacían una de las audiometrías más recientes que me percaté de mi realidad. Pero no fue porque obtuve resultados mediocres, sino por una frase en particular, que luego se convirtió en mi lema: Viva la Vida. Había visto un dibujo que tenía esa frase y al toque se me pegó. Mientras me hacían la audiometría me puse a dibujar, para distraerme un poco y mantenerme tranquila, y esa frase me vino a la mente. Fue cuando iba por la mitad del dibujo que me puse a pensar en su significado. Me dije: "Me estoy conformando con poco. ¿Por qué rechazar la oportunidad de escuchar bien y de vivir la vida como se debe? ¿Por qué no aprovechar la oportunidad? ¿Acaso no me estoy perdiendo millones de cosas sólo por no escuchar?". Ahí me dí cuenta de la poca independencia que tenía, que este problema me perseguía, y que siempre servía como excusa para mantenerme aislada. No voy a mentir, le saqué el jugo a esta desventaja, y como ya dije previamente, me acostumbré, construí mi vida alrededor de esto. Esta es mi realidad. Y cambiarlo de repente supone mucha incertidumbre. No sé qué va a pasar, no sé si va a ser mejor o peor, no sé si me va a gustar lo que escuche o no. Son demasiadas preguntas que nadie puede responder porque cada persona es un caso particular. Y mientras tanto tengo a toda esta gente que me dice "me cambió la vida", "estoy re feliz", o familiares y amigos que me re apoyan y que no pueden creer que no quiera hacerme el implante ya. Porque no saben lo que se siente, sería como empezar todo de nuevo, desde cero, y por más que tenga la capacidad de hacerlo, ME DA MIEDO y me angustia tanto suspenso.
Abrí este blog con el propósito de escribir para ayudarme a mí misma, y hasta quizás algún día le sirva a otra persona. Pero por ahora sólo necesito escribir, descargarme, buscar un cambio de perspectiva para poder alegrarme y ver el lado positivo, luchar contra mi miedo. (Y demás está decir que voy a poner cosas que no tienen que ver con nada, porque sí, para suavizar la cosa y que no sea tan dramático jajaj). No sé a dónde me va a llevar este blog, pero ciertamente sé que me va a ayudar.