lunes, 24 de diciembre de 2012

Detalles

Ya pasó un tiempo desde la tercera calibración y cada vez se pone mejooor! Es muy loco que con cada una de ellas pienso que están re fuertes y después me hacen otra y resulta que estaban muy bajitas! Es como una escala sin fin que sube, y sube, y sube y sube...
Cada calibración es una sorpresa. En la última se le hizo más énfasis en la voz. Empecé a escuchar como una  resonancia detrás de cada voz, muy difícil de explicar. Lo importante es que ya no eran sonidos chatos, secos, sino que tenían mucho más color y vibraciones, notas que antes desconocía. También empecé a escuchar mi propia voz un poco distinta, sin dejar de sorprenderme cada vez que hablaba prácticamente. Sin embargo, en mi caso particular, logré adaptarme considerablemente rápido ya que en el día de hoy no puedo distinguir definidamente cuándo dejé de escuchar estos "sonidos de fondo".
Es increíble lo natural que me resulta todo. Escuchar. El sonido simplemente entra, está ahí sin buscarlo, sin esfuerzo. Me encanta poder escuchar detalles y me apena sacarme el implante a la noche. Con tan solo la tercera calibración ya estoy muy apegada y lo disfruto mucho! Incluso siento que entiendo mucho más porque al entrar más sonido la lectura labial se vuelve más relajada que antes, lo cual es una gran ventaja. Como siempre, al pasar el tiempo empiezo a escuchar "menos" hasta la siguiente calibración, que esta vez es el 17 de Enero. Incluso en la última que me hicieron me establecieron cuatro programas que van en aumento de volúmen; ya estoy usando el último programa como para darse una idea de lo rápido de que acostumbré, considerando que los primeros días me molestaba un poco la nueva calibración. Es temporánea la poca comodidad al recibir las nuevas calibraciones, más que nada porque se trata de algo nuevo de lo que nunca antes tuve registro, pero aún así disfruto las diferencias, y mucho.
Cada vez que escucho algo distinto me desconcierta pensar que ya pasaron dos meses de mi operación, del miedo que tenía. Todo me desconcierta! Sigo sin creer que ya estoy en camino con esta nueva vida! Es que es tan natural que casi no me doy cuenta. Por eso estoy eternamente agradecida por lo que estoy viviendo y por lo que está por venir. Sigo yendo por más!

PD: Feliz Navidad!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Canto de pájaro

Entonces en la primera semana todo fue bastante tranquilo. Los primeros días había notado diferencias en la percepción, escasos sonidos que antes no registraba directamente. De todas formas, no escuchaba propiamente dicho, era más que nada sentir sonidos que sonaban todos iguales.
El día previo a la segunda calibración me junté con Gina para realizar un par de pruebas. Nos enteramos que efectivamente estaba prestando más atención con el oído derecho (el que no tengo implantado) para compensar las mejorías del izquierdo. Y es buenísimo, hasta yo me doy cuenta! Ahora me siento mucho más atenta que antes y, por ende, entiendo más, independientemente de lo que escuche o no. En fin, la primera semana transcurrió sin ninguna novedad demasiado importante y no me costó mucho adaptarme. Ya para la segunda calibración la audición me había "bajado". Es decir, me había acostumbrado a este pequeño impulso que se me dio con la primera calibración entonces no había ningún cambio drástico, no escuchaba mucho. Es más, se podría decir que escuchaba más con el audífono.
Sin embargo, la segunda calibración fue un éxito increíble, por ahora fue la que más me gustó de las dos. El mismo día de esa calibración ya estaba escuchando un montón de ruidos más que antes. Me pusieron dos opciones para elegir: uno que me suena más suave (cuyas frecuencias graves y agudas están más parejas) y otro que tiene los agudos más altos que los graves, haciendo que escuche miles de cosas que con el otro programa no puedo. Ese día usé el primer programa, sino era demasiado. Pero ya al otro día le agarré la mano al segundo, y ahora me gusta incluso más. La calibración fue un jueves; al otro día ya escuché un pájaro! Algo que había esperado por tanto tiempo! Igual todavía no lo escucho tan claro, pero por lo menos está! Ese viernes fue muy alentador: me junté con mis compañeros de curso para festejar que terminamos el año, cocinamos pizzas, comimos, hablamos, nos reímos y demás. El tema es que escuché un montón de cosas! Por ejemplo, los platos, cubiertos y demás cosas metálicas chocando contra la mesada (que con la primera calibración los escuchaba pero en menor medida), los aplausos me volvían loca, notas en las voces, etc. Me encanta escucharlo, sentirlo, por más que no los identifique mucho, pero de a poco me acostumbro y siento como si no tuviera que hacer esfuerzo siquiera; simplemente está ahí. Hoy escuché el chirrido de un tren cuando frenaba, justo que una amiga me comentaba que odiaba ese ruido y yo nunca lo había escuchado. Me encanta estar prestando atención sin siquiera darme cuenta y descubrir tantas cositas nuevas. Me encanta demasiado todo, aunque a veces sea un poquitín molesto. Es cuestión de acostumbrarse nada más. Pensar que hasta escuché un timbre, en tan poco tiempo! Como para no estar contenta! Estoy muy ansiosa por lo que se viene, no puedo esperar a seguir llenándome de sonidos.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Escuchar es sentir

Este es un fragmento de lo que escribí al otro día del encendido. Le hice un par de modificaciones para adaptarlo al blog y demás (: Me quedó pendiente lo que pasó durante el reposo y otras noticias bastante importantes que después actualizaré en cuanto termine de redactar mis experiencias más recientes. Mientras tanto, pueden ir leyendo esto:

Sí, una y otra vez me pasó lo mismo: el día anterior a la conexión, a minutos de operarme, al decidir implantarme. Se repite todo el tiempo como si fuese el recorrido de una montaña rusa. Va despacio, te sentís bien hasta que de repente AAAAAAAAAAAAAA y después volvés al estado inicial. Sin embargo, al final te saca una sonrisa, sea cual sea tu experiencia. Así que retomando en donde lo dejé la entrada pasada, quedamos en que al final del día me sentí mejor que a lo largo de toda la semana. Con mi hermano y mi papá después nos quedamos caminando por la calle, disfrutando la noche; mi última noche antes de que la vida adquiera otro color. La disfruté muchísimo, por más simple que fue, y eso me bastó para hacerme sentir bien. Era lo único que necesitaba. La noche parecía encantada. Yo soy una romántica insufrible, me enamoro de detalles muy pequeños como la luz de los postes que le da a la calle, hojas en el suelo, ese clima cálido con vientito que es tan aaaaaaaaaahhggg. Son muchas cosas! Mili, no te vayas de tema, no. Seguimos. A pesar de la linda noche que tuve, el día del encendido a la mañana estuvimos todos con un poco de mal humor, eran los nervios hablando claramente. A lo largo del día se me habían empezado a disipar un poco los nervios, quizás porque todavía no caía en que había llegado el día finalmente. No, no caía en que ya había pasado por la operación y que mis preocupaciones más evidentes se esfumaban. El peso se aliviaba poco a poco. Se aliviaba? No sé, pero nuevamente me volvía a sentir bien. Fue algo muy confuso: imaginaba el momento de la conexión pero no que era YA.
Viajamos con mi hermano, Germán, y mi mamá un buen rato hasta Caballito y llegamos temprano, por lo que hicimos tiempo en una cafetería. Yo estaba extremadamente emocionada, saqué muchas fotos y filmé videos para guardar el recuerdo. Así que llegamos al consultorio, apenas esperamos un ratito y me hicieron pasar. Yo había elegido estar sola durante el encendido porque realmente había pasado por todo sola, y quería salir de ello sola también. Era MI momento. Sin embargo, al final Germán entró conmigo. Allí estaban Gina, mi fonoaudióloga de tantos años que hizo mucho de esto posible, y Silvia, la audióloga especializada en lo que se refiere a los implantes. Apenas entramos nos mostraron todo el equipo con el que venía el implante. Era una caja muy pero muy grande que al abrirla lo primero que encontré fue un peluche implantado! Me hizo el día, es lo más tierno del mundo! Me aferré a ese elefantito durante todo el tiempo que estuve ahí cual nena de 5 años. Finalmente empezamos con todo. Al principio me hicieron un par de pruebas para comprobar cuánto escuchaba, probar, explicado de manera simple, cómo escuchaba las los sonidos de determinadas frecuencias que me "pasaban" por cada electrodo que tengo en el implante. Básicamente era decir cuándo un sonido me resultaba molesto, su intensidad, etc etc (por molesto se entiende que me retumbaba en la cabeza y era insoportable el sonido). Aún así, mi emoción aumentaba poco a poco. Podía palpar el sentimiento de lo que se venía. No me sentía contenta, me sentía extasiada. Esto estaba pasando de verdad, sí! Hasta que llegó. Sí, llegó! "Bueno, ahora vamos a encender el implante. Avisame si sentís algo"....................... Nada. Literalmente, no me di cuenta que me encendieron. O quizás sí, pero no me di cuenta en el momento, fue una sensación muy sutil! La cuestión es que gente previamente implantada me había dicho que iba a escuchar ruidos raros y yo estaba esperando eso. Pero no, casi pasó desapercibido. Y yo, en mi cabeza, me preguntaba y dónde están los ruidos? No fue para nada decepcionante, sino que me sorprendió. Por eso NUNCA ESCUCHEN LO QUE LES DICE LA GENTE. No, mentira jaja pero bueno, fue distinto! Ella me preguntaba si lo sentía encendido, si la escuchaba, y yo respondía no, no siento nada; no, no escucho nada. Hasta que de repente... "Qué fue eso? No, pará, qué fue eso? Lo sentí." Sí! Había sentido algo! Pero no sabía qué era! Y después Silvia me dijo "A ver, escuchás esto? Sssshhhhhhhhh" (la ese hache no lo escucho) Y LO SENTÍ SDKFJNFKJ, de verdad lo sentí! Ahora, recién hace poco me percaté que escuchar es sentir, solo que la gente se acostumbra, siempre está ahí. No te das cuenta que lo sentís. Y para mí estos sonidos agudos eran algo casi desconocido. Me dijo que repitiera lo que hizo ella y cuando lo hice AAAAAAAA QUÉ EMOCIÓN! Me había escuchado! Me estaba empezado a escuchar mi voz! Creo que esa fue la mejor parte, cuando empecé a caer en la cuenta que sí estaba empezando a percibir cosas que antes no. Fue una sensación maravillosa. De verdad estaba pasando! Y encima lo tengo grabado en un video que me saca una sonrisa cada vez que lo veo. Así que bueno, muy emocionados todos arreglamos un par de cosas más, me hicieron preguntas con respecto a la diferencia entre escuchar con audífono y con el implante. Hablé con el cirujano que me operó, nos sacamos fotos todos bien contentos. Le interesó mucho mi caso en particular porque yo, a diferencia de otros implantados, ya escuché en algún momento, además de tener el oído entrenado musicalmente como para detectar los diferentes tonos, dentro de lo que escucho, de una nota. Entonces cuando me habían hecho las pruebas ya estaba diferenciando notas graves de agudas, que es algo muy poco común! Bueno, después de todo me explicaron cómo iba a ser todo por los siguientes días y demás. Si bien me hicieron una calibración bastante baja y como para que no me moleste, siento, digo, escucho cosas que antes no y el resto es re natural! Demás está decir que me mataba de la risa prácticamente todo el tiempo. Como ya dije, volví a mis 5 años, que justo fue el año que perdí la audición. Me sentía contenta, despreocupada, ansiosa por lo que se viene. Después de todo no puedo creer que haya sido tan fácil! Viéndome ahora cómo me sentía antes me dan ganas de viajar al pasado a rescatarme del miedo que tenía; en realidad no había nada que temer! Así como así, en cuestión de minutos se habían desvanecido todas las preocupaciones y volví a estar segura. Segura del camino que quiero construír en mi vida, escuchando, conectada con el mundo. Y fue hermoso cuando entró mi mamá a verme, la persona que más influyó en mi vida, la que me hizo que hoy por hoy esté tan bien como estoy. Se emocionó mucho, todos lo hicimos. Después de tanto trabajo, de ver médicos, hacer trámites, emociones por aquí, emociones por allá... la espera, ya estaba! Ya había pasado todo! Y ahora solo me queda mirar para adelante con la frente en alto y empezar a disfrutar todo aquello que antes no pude. Es más, cuando llegamos a casa Germán estaba tocando la guitarra y se nos ocurrió probar. La última cuerda a mí siempre me sonó igual, directamente no distingo una nota de otra porque no lo escucho (lo mismo con el piano). Pero esta vez pude detectar 3 NOTAS DISTINTAS y cantarlas, que es un montón como para ser el primer día y escuchando tan poco! No, no se imaginan la emoción. Lo que tengo por delante... no tiene precio.