miércoles, 1 de enero de 2014

Que venga

Marzo fue la última vez que escribí? Impresionante. No sé exactamente por qué dejé de lado este blog. Fue un año agotador, realmente. Tan agotador que perdí las ganas de escribir, de luchar, de estar entusiasmada. Sé que suena triste pero lo sentí así. Tuve momentos increíbles y otros no tanto, por lo menos en lo que se refiere a mi audición. Por suerte, como ya estoy de vacaciones y tuve un mes de descanso ahora me siento lista como para retomar este viejo hábito, cerrar el 2013 y darle la bienvenida al 2014.
La verdad es que fue un año importante el 2013. Es difícil resumir en términos de sensaciones lo que viví en este primer año como implantada. Simplemente me voy a limitar a decir que hubieron muchos cambios, constantemente. En el día a día fui descubriendo miles de sonidos nuevos, acompañada por aquellas personas que más quiero en el camino. A veces eran cosas insignificantes: las campanadas que anuncian la llegada del tren (no se imaginan la emoción cuando lo agarré por primera vez solo por escuchar ese sonido), las campanadas de un reloj de cuerda de pared, el timbre del colectivo, lo que me dijera una persona desde el otro extremo, mis amigos tirando piedras a un tacho de metal y probando mi sentido sonoro de ubicación, un palo de hockey golpeando una bocha, etc. Tantas pequeñas cosas que oí! La vida entera tenía detalles escondidos en todos lados. Hubo momentos en los que estuve muy feliz y otros en los que sentí la frustración de mi vida. Más a fin de año comencé a extrañar el silencio, la tranquilidad, al mismo tiempo que mi familia se enojaba conmigo por no escucharlos jajaj Tuve muchos momentos en los que necesité dejar de lado el sonido, era así. Claramente esto no sucedía en medio de una reunión de amigos, familia o lo que fuere, sino más bien mientras caminara por la calle o cuando estuviera en mi casa sin gente hablándome alrededor. No obstante también tuve momentos en los que me sorprendí a mí misma escuchando sin mirar o incluso ocupada haciendo otras cosas (también se podría decir que muchos empezaron a molestarse por estas actitudes ya que contrastan con la completa atención que ofrecía en el pasado al leer los labios).
En una ocasión este año escribí esto: Hace mucho que no escribo, y no quiero dejar eso atrás. En aquel entonces me ayudó muchísimo y me siento casi en deuda por la contención que me brindó. Era mi camino de liberación. Escribía y dibujaba muchísimo. Poseía un gran mundo interno donde combinaba mi realidad con un mundo más romántico. Cuando empecé a escuchar y a conectarme más con el mundo creo que perdí un poco de eso. Me abrió más los ojos. Simplemente no podía quedarme en mi cajita para siempre. Pero ahora me duele ver tanto, por momentos, porque no puedo refugiarme y tengo que afrontar la realidad, pero no sé cómo. Y hay veces que no puedo hacer nada por los demás, ni por mí misma, y eso me aflige. Me da miedo. Lidiar con las emociones de la gente. A veces es mejor no escuchar ni ver, es el camino fácil. Pero no es suficiente, no para mí. Solo que necesito encontrar la manera de llegar a un balance entre esos dos mundos. A veces duele olvidarte del propio, no tener nada para decir ni nadie que lo quiera escuchar. Sí, por momentos mis pensamientos rozaban lo negativo y me sentía sola, pero como una persona encantadora escribió, "El arte me salvó de la tristeza y soledad que me causó la sordera. Paradójicamente, la soledad fue mi mayor compañía en momentos cruciales e intensos en mi vida. La soledad la encontré en el silencio, y el silencio abrió la puera de mi mundo interior, lleno de historias de todo tipo, lleno de vida". Pocas veces me sentí tan identificada como al leer ese fragmento, y creo que gracias a que hoy me topé con el mismo recibí el impulso que necesitaba para retomar mis escritos.
No me arrepiento de nada. Sé que quizás podría haberle puesto más esfuerzo a mi rehabilitación, pero todavía necesito encontrar mis tiempos. Fue una época de cambios radicales y todavía trato de encontrar el camino para sentirlo centrado. Creo firmemente que si no hubiera pasado por la operación, si no hubiera experimentado el implante coclear, probablemente nunca me hubiera dado cuenta de lo mucho que me afectaba mi hipoacusia. Pasaba desapercibida, estaba cómoda, había creado mis propios mecanismos compensatorios, pero... a qué costo? Solo me hizo falta salir de mi pequeño mundo para darme cuenta del otro que existía y esperaba con los brazos abiertos, mucho más vasto y lleno de cosas por descubrir. Hoy en día me alegro mucho de poder poseer ambos mundos. Sigue siendo un revoltijo constante de emociones que muchas veces me cuesta digerir, mas aún así no lo cambio por nada. Espero que este 2014 me sorprenda mucho más!



sábado, 23 de marzo de 2013

Crecer

Hacía mucho que no me paraba a escribir en este blog. Lo que empezó siendo la idea de un espacio personal terminó tratándose exclusivamente de mi implante, de los cambios, etc. De todas formas no me arrepiento de nada; volver a leer todo esto, revivir lo que pasé... parece surrealista.
Sé que en la última publicación no parecía muy contenta porque realmente no tenía una idea clara de lo que iba a ser trabajar sobre mi audición. Literalmente no había ningún tipo de conocimiento sobre lo que venía después, que era lo que más me aterrorizaba: la incertidumbre, el cambio radical. No obstante, por el momento, siempre que dejo pasar un tiempo desde la calibración me adapto y me empieza a gustar muchísimo. En esta cuarta calibración, como había comentado, empecé con algunas molestias que poco a poco se fueron esfumando y que después se convirtieron en una alegría enorme. La rehabilitación incluye el escuchar mientras una persona me lee un texto sin mirar el movimiento de los labios. Así, después de 17 años, escuché finalmente a mi mamá leerme sin tener que mirarla ni hacer demasiado esfuerzo. No se imaginan la emoción, el fluir de las palabras entrando en mis oídos. Por un momento pensé que me estaba imaginando en mi cabeza todo lo que me decía porque simplemente era demasiado extraño esto que estaba viviendo! Y son en esos pequeños momentos que pienso que no me tengo que desanimar, que todo lo que estoy viviendo es demasiado lindo como para desperdiciarlo con pensamientos negativos.
También me acuerdo que dije que la gente hablaba mucho sin decir nada. Creo que fue una exageración, puesto que ahora yo también estoy empezando a hablar hasta por los codos! Así que es bueno, la comunicación es buena. Y me gusta ese mundo, pero también extraño un poco el mío de antes. Ahora no puedo vivir sin el implante, y me frustro mucho cuando me lo tengo que sacar, por ejemplo, para ir a deporte. No entiendo nada cuando me hablan, y cada vez me percato más de lo poco que escuchaba y que me conectaba con la gente. Pero estaba bueno, tenía sus ventajas - al menos para mí - solo que ahora me parece extraño tanto silencio.
Al final de la cuarta calibración ya me había acostumbrado mucho y entonces, en comparación con al principio, empecé a escuchar bastante bajo: me perdía más cosas, me tenía que concentrar más, era más trabajo. Por suerte, el jueves pasado tuve la quinta calibración! Yo pensé que me iba a morir de lo fuerte que iba a estar, pero sorprendentemente es bastante tranquilo y suave. No hay cambios drásticos, sino que ahora puedo escuchar con más claridad. Me sigue resultando rarísimo que todo se escuche tan natural, no lo puedo creer. Y todavía me acuerdo de ese momento en el que me desperté después de la operación y pensé: ya está. Ya había empezado con todo antes de saberlo. Así que hoy por hoy estoy contenta de decir que me encanta poder escuchar a los demás de una forma que no lo hacía antes. Me encanta hablar mejor, más fluído, que me guste mi voz. Me encanta todo a pesar de que muchas veces me dé fiaca hacer ejercicios. Y me encanta poder ayudar a otra gente con mi testimonio.
Y me olvidé de contar! El otro día cuando volvía de la calibración  en colectivo me quedé dormida y escuché a una persona pedirme permiso! Cuándo fue la última vez que había escuchado a alguien hablarme tan claro mientras dormía? Pensemos. Nunca. Y después tuve una conversación con una señora mayor que era muy amable. Todas estas cosas, por más pequeñas que sean, suponen una felicidad inmensa para mí. Por eso no me arrepiento de nada, porque hoy veo lo mucho que estoy creciendo.

jueves, 31 de enero de 2013

Y ahora?

Oleada de cambios con la 4ta calibración!
Es abrumador.
No me malinterpreten, me encanta poder escuchar miles de cosas que no sabía que existían. Escuchar ramas y hojas crujir, grillos, las campanadas del tren, mi celular (que por cierto tiene un ringtone deplorable, me di cuenta un poco tarde), color adicional en las voces, y mucho más que no recuerdo. Incluso ya puedo entender muchas frases sin leer los labios!
Cuál es el problema entonces? Los primeros días posteriores a la calibración fueron duros. El sonido es muy pero muy fuerte e intenso, y me aterra un poco imaginarme cómo va a ser dentro de un año. Hubo un día en que me dolió la cabeza también, era un poco demasiado. Por suerte se me pasó y ahora no me molesta en lo absoluto. Como decía, me encanta poder escuchar todo esto, pero...
Digamos que estaba acostumbrada a no darle tanta importancia a lo que decía la gente porque de todas formas no iba a entender lo que salía de sus bocas. Ahora no pasa eso. Ahora escucho casi todo, sin que yo haga mucho esfuerzo. Presto un poco de atención y ya está. Qué me hace sentir así entonces? La gente que habla sin decir nada. Hablan, hablan, hablan, hablan. No me puedo imaginar un mundo en el que se desperdician tantas palabras. Por suerte yo cuento con mi as bajo la manga, que tranquilamente lo pueden hacer los normoyentes por otros medios. Me saco los audífonos y paz. Tirarme a no hacer nada en el jardín, con los sonidos pasando a un segundo plano, sintiendo el vientito contra mi cara. Nada más. No podría sobrevivir sin esas escapadas mentales que hice durante toda mi vida prácticamente.
Sin embargo mi emoción perdura. Me di cuenta también que puedo cantar mejor. Como ahora escucho 2, casi 3 octavas más que antes, puedo cantar más agudo. Es lo que me permite hablar más claro también. Me dijeron que está saliendo mi voz verdadera, que ahora se me escucha mucho más dulce, pronunciado y fluído, y eso me alegra muchísimo (: También me di cuenta que cuando me saco los audífonos y canto, prácticamente no me escucho y es mucho más difícil que con el implante encendido.
Así que no todo es malo, al contrario. Después de todo lo bueno que me pasó, me había olvidado que iba a tener que trabajar un poquito. Nadie dijo que iba a ser fácil. Es más, ya estoy haciendo ejercicios para distinguir las vocales (que para los que no lo saben, para mí es manso trabajo). Pero estoy contenta! Una y otra vez me acuerdo de cómo estaba hace poco más de un año y no puedo creer que haya llegado tan lejos. Es increíble.

miércoles, 16 de enero de 2013

Mejorías y más detalles

Mañana es la 4ta calibración! La gente me dice que estoy hablando mucho mejor, también que entiendo más, y yo misma puedo corroborar eso. Siento que todo fluye y me encanta que me lleguen detalles a los oídos que antes ni registraba. Lo mejor es cuando la gente me pregunta cómo avanzo: yo misma me asombro de lo que digo. Es como si todos dieran por sentado el sonido, los detalles, cuando yo me emociono por el ruidito que hace el interruptor cuando lo aprieto para encender y apagar la luz, como para darse una idea de mi emoción. Es todo tan lindo, tan lindo, y tan fácil! Hasta por momentos me olvido que tengo el implante puesto, es muy cómodo y natural. Lo que sí, me molesta cuando me toco el pelo y se me cae el audífono, es el único inconveniente que tengo. De todas formas, es lo de menos. Ni que me fuera a enojar o frustrar por eso con todo lo que estoy ganando. Solo noto las diferencias cuando me levanto y cuando me acuesto; son dos mundos completamente distintos. Ponerme y sacarme el audífono marca muchísimo la diferencia. Es más, me brinda la posibilidad de realmente escuchar la voz de las personas aunque haya ruido, que sin el implante escucharía todo apagado y grave. Realmente me alegra mucho haber hecho esto. Pensar que mañana es la fecha en que se cumplen 3 meses desde que me implanté, es impresionante. Estoy muy emocionada por descubrir qué me va a dar esta nueva calibración. Fingers crossed! Después actualizaré mis nuevas aventuras sonoras. Hasta la próxima :D

lunes, 24 de diciembre de 2012

Detalles

Ya pasó un tiempo desde la tercera calibración y cada vez se pone mejooor! Es muy loco que con cada una de ellas pienso que están re fuertes y después me hacen otra y resulta que estaban muy bajitas! Es como una escala sin fin que sube, y sube, y sube y sube...
Cada calibración es una sorpresa. En la última se le hizo más énfasis en la voz. Empecé a escuchar como una  resonancia detrás de cada voz, muy difícil de explicar. Lo importante es que ya no eran sonidos chatos, secos, sino que tenían mucho más color y vibraciones, notas que antes desconocía. También empecé a escuchar mi propia voz un poco distinta, sin dejar de sorprenderme cada vez que hablaba prácticamente. Sin embargo, en mi caso particular, logré adaptarme considerablemente rápido ya que en el día de hoy no puedo distinguir definidamente cuándo dejé de escuchar estos "sonidos de fondo".
Es increíble lo natural que me resulta todo. Escuchar. El sonido simplemente entra, está ahí sin buscarlo, sin esfuerzo. Me encanta poder escuchar detalles y me apena sacarme el implante a la noche. Con tan solo la tercera calibración ya estoy muy apegada y lo disfruto mucho! Incluso siento que entiendo mucho más porque al entrar más sonido la lectura labial se vuelve más relajada que antes, lo cual es una gran ventaja. Como siempre, al pasar el tiempo empiezo a escuchar "menos" hasta la siguiente calibración, que esta vez es el 17 de Enero. Incluso en la última que me hicieron me establecieron cuatro programas que van en aumento de volúmen; ya estoy usando el último programa como para darse una idea de lo rápido de que acostumbré, considerando que los primeros días me molestaba un poco la nueva calibración. Es temporánea la poca comodidad al recibir las nuevas calibraciones, más que nada porque se trata de algo nuevo de lo que nunca antes tuve registro, pero aún así disfruto las diferencias, y mucho.
Cada vez que escucho algo distinto me desconcierta pensar que ya pasaron dos meses de mi operación, del miedo que tenía. Todo me desconcierta! Sigo sin creer que ya estoy en camino con esta nueva vida! Es que es tan natural que casi no me doy cuenta. Por eso estoy eternamente agradecida por lo que estoy viviendo y por lo que está por venir. Sigo yendo por más!

PD: Feliz Navidad!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Canto de pájaro

Entonces en la primera semana todo fue bastante tranquilo. Los primeros días había notado diferencias en la percepción, escasos sonidos que antes no registraba directamente. De todas formas, no escuchaba propiamente dicho, era más que nada sentir sonidos que sonaban todos iguales.
El día previo a la segunda calibración me junté con Gina para realizar un par de pruebas. Nos enteramos que efectivamente estaba prestando más atención con el oído derecho (el que no tengo implantado) para compensar las mejorías del izquierdo. Y es buenísimo, hasta yo me doy cuenta! Ahora me siento mucho más atenta que antes y, por ende, entiendo más, independientemente de lo que escuche o no. En fin, la primera semana transcurrió sin ninguna novedad demasiado importante y no me costó mucho adaptarme. Ya para la segunda calibración la audición me había "bajado". Es decir, me había acostumbrado a este pequeño impulso que se me dio con la primera calibración entonces no había ningún cambio drástico, no escuchaba mucho. Es más, se podría decir que escuchaba más con el audífono.
Sin embargo, la segunda calibración fue un éxito increíble, por ahora fue la que más me gustó de las dos. El mismo día de esa calibración ya estaba escuchando un montón de ruidos más que antes. Me pusieron dos opciones para elegir: uno que me suena más suave (cuyas frecuencias graves y agudas están más parejas) y otro que tiene los agudos más altos que los graves, haciendo que escuche miles de cosas que con el otro programa no puedo. Ese día usé el primer programa, sino era demasiado. Pero ya al otro día le agarré la mano al segundo, y ahora me gusta incluso más. La calibración fue un jueves; al otro día ya escuché un pájaro! Algo que había esperado por tanto tiempo! Igual todavía no lo escucho tan claro, pero por lo menos está! Ese viernes fue muy alentador: me junté con mis compañeros de curso para festejar que terminamos el año, cocinamos pizzas, comimos, hablamos, nos reímos y demás. El tema es que escuché un montón de cosas! Por ejemplo, los platos, cubiertos y demás cosas metálicas chocando contra la mesada (que con la primera calibración los escuchaba pero en menor medida), los aplausos me volvían loca, notas en las voces, etc. Me encanta escucharlo, sentirlo, por más que no los identifique mucho, pero de a poco me acostumbro y siento como si no tuviera que hacer esfuerzo siquiera; simplemente está ahí. Hoy escuché el chirrido de un tren cuando frenaba, justo que una amiga me comentaba que odiaba ese ruido y yo nunca lo había escuchado. Me encanta estar prestando atención sin siquiera darme cuenta y descubrir tantas cositas nuevas. Me encanta demasiado todo, aunque a veces sea un poquitín molesto. Es cuestión de acostumbrarse nada más. Pensar que hasta escuché un timbre, en tan poco tiempo! Como para no estar contenta! Estoy muy ansiosa por lo que se viene, no puedo esperar a seguir llenándome de sonidos.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Escuchar es sentir

Este es un fragmento de lo que escribí al otro día del encendido. Le hice un par de modificaciones para adaptarlo al blog y demás (: Me quedó pendiente lo que pasó durante el reposo y otras noticias bastante importantes que después actualizaré en cuanto termine de redactar mis experiencias más recientes. Mientras tanto, pueden ir leyendo esto:

Sí, una y otra vez me pasó lo mismo: el día anterior a la conexión, a minutos de operarme, al decidir implantarme. Se repite todo el tiempo como si fuese el recorrido de una montaña rusa. Va despacio, te sentís bien hasta que de repente AAAAAAAAAAAAAA y después volvés al estado inicial. Sin embargo, al final te saca una sonrisa, sea cual sea tu experiencia. Así que retomando en donde lo dejé la entrada pasada, quedamos en que al final del día me sentí mejor que a lo largo de toda la semana. Con mi hermano y mi papá después nos quedamos caminando por la calle, disfrutando la noche; mi última noche antes de que la vida adquiera otro color. La disfruté muchísimo, por más simple que fue, y eso me bastó para hacerme sentir bien. Era lo único que necesitaba. La noche parecía encantada. Yo soy una romántica insufrible, me enamoro de detalles muy pequeños como la luz de los postes que le da a la calle, hojas en el suelo, ese clima cálido con vientito que es tan aaaaaaaaaahhggg. Son muchas cosas! Mili, no te vayas de tema, no. Seguimos. A pesar de la linda noche que tuve, el día del encendido a la mañana estuvimos todos con un poco de mal humor, eran los nervios hablando claramente. A lo largo del día se me habían empezado a disipar un poco los nervios, quizás porque todavía no caía en que había llegado el día finalmente. No, no caía en que ya había pasado por la operación y que mis preocupaciones más evidentes se esfumaban. El peso se aliviaba poco a poco. Se aliviaba? No sé, pero nuevamente me volvía a sentir bien. Fue algo muy confuso: imaginaba el momento de la conexión pero no que era YA.
Viajamos con mi hermano, Germán, y mi mamá un buen rato hasta Caballito y llegamos temprano, por lo que hicimos tiempo en una cafetería. Yo estaba extremadamente emocionada, saqué muchas fotos y filmé videos para guardar el recuerdo. Así que llegamos al consultorio, apenas esperamos un ratito y me hicieron pasar. Yo había elegido estar sola durante el encendido porque realmente había pasado por todo sola, y quería salir de ello sola también. Era MI momento. Sin embargo, al final Germán entró conmigo. Allí estaban Gina, mi fonoaudióloga de tantos años que hizo mucho de esto posible, y Silvia, la audióloga especializada en lo que se refiere a los implantes. Apenas entramos nos mostraron todo el equipo con el que venía el implante. Era una caja muy pero muy grande que al abrirla lo primero que encontré fue un peluche implantado! Me hizo el día, es lo más tierno del mundo! Me aferré a ese elefantito durante todo el tiempo que estuve ahí cual nena de 5 años. Finalmente empezamos con todo. Al principio me hicieron un par de pruebas para comprobar cuánto escuchaba, probar, explicado de manera simple, cómo escuchaba las los sonidos de determinadas frecuencias que me "pasaban" por cada electrodo que tengo en el implante. Básicamente era decir cuándo un sonido me resultaba molesto, su intensidad, etc etc (por molesto se entiende que me retumbaba en la cabeza y era insoportable el sonido). Aún así, mi emoción aumentaba poco a poco. Podía palpar el sentimiento de lo que se venía. No me sentía contenta, me sentía extasiada. Esto estaba pasando de verdad, sí! Hasta que llegó. Sí, llegó! "Bueno, ahora vamos a encender el implante. Avisame si sentís algo"....................... Nada. Literalmente, no me di cuenta que me encendieron. O quizás sí, pero no me di cuenta en el momento, fue una sensación muy sutil! La cuestión es que gente previamente implantada me había dicho que iba a escuchar ruidos raros y yo estaba esperando eso. Pero no, casi pasó desapercibido. Y yo, en mi cabeza, me preguntaba y dónde están los ruidos? No fue para nada decepcionante, sino que me sorprendió. Por eso NUNCA ESCUCHEN LO QUE LES DICE LA GENTE. No, mentira jaja pero bueno, fue distinto! Ella me preguntaba si lo sentía encendido, si la escuchaba, y yo respondía no, no siento nada; no, no escucho nada. Hasta que de repente... "Qué fue eso? No, pará, qué fue eso? Lo sentí." Sí! Había sentido algo! Pero no sabía qué era! Y después Silvia me dijo "A ver, escuchás esto? Sssshhhhhhhhh" (la ese hache no lo escucho) Y LO SENTÍ SDKFJNFKJ, de verdad lo sentí! Ahora, recién hace poco me percaté que escuchar es sentir, solo que la gente se acostumbra, siempre está ahí. No te das cuenta que lo sentís. Y para mí estos sonidos agudos eran algo casi desconocido. Me dijo que repitiera lo que hizo ella y cuando lo hice AAAAAAAA QUÉ EMOCIÓN! Me había escuchado! Me estaba empezado a escuchar mi voz! Creo que esa fue la mejor parte, cuando empecé a caer en la cuenta que sí estaba empezando a percibir cosas que antes no. Fue una sensación maravillosa. De verdad estaba pasando! Y encima lo tengo grabado en un video que me saca una sonrisa cada vez que lo veo. Así que bueno, muy emocionados todos arreglamos un par de cosas más, me hicieron preguntas con respecto a la diferencia entre escuchar con audífono y con el implante. Hablé con el cirujano que me operó, nos sacamos fotos todos bien contentos. Le interesó mucho mi caso en particular porque yo, a diferencia de otros implantados, ya escuché en algún momento, además de tener el oído entrenado musicalmente como para detectar los diferentes tonos, dentro de lo que escucho, de una nota. Entonces cuando me habían hecho las pruebas ya estaba diferenciando notas graves de agudas, que es algo muy poco común! Bueno, después de todo me explicaron cómo iba a ser todo por los siguientes días y demás. Si bien me hicieron una calibración bastante baja y como para que no me moleste, siento, digo, escucho cosas que antes no y el resto es re natural! Demás está decir que me mataba de la risa prácticamente todo el tiempo. Como ya dije, volví a mis 5 años, que justo fue el año que perdí la audición. Me sentía contenta, despreocupada, ansiosa por lo que se viene. Después de todo no puedo creer que haya sido tan fácil! Viéndome ahora cómo me sentía antes me dan ganas de viajar al pasado a rescatarme del miedo que tenía; en realidad no había nada que temer! Así como así, en cuestión de minutos se habían desvanecido todas las preocupaciones y volví a estar segura. Segura del camino que quiero construír en mi vida, escuchando, conectada con el mundo. Y fue hermoso cuando entró mi mamá a verme, la persona que más influyó en mi vida, la que me hizo que hoy por hoy esté tan bien como estoy. Se emocionó mucho, todos lo hicimos. Después de tanto trabajo, de ver médicos, hacer trámites, emociones por aquí, emociones por allá... la espera, ya estaba! Ya había pasado todo! Y ahora solo me queda mirar para adelante con la frente en alto y empezar a disfrutar todo aquello que antes no pude. Es más, cuando llegamos a casa Germán estaba tocando la guitarra y se nos ocurrió probar. La última cuerda a mí siempre me sonó igual, directamente no distingo una nota de otra porque no lo escucho (lo mismo con el piano). Pero esta vez pude detectar 3 NOTAS DISTINTAS y cantarlas, que es un montón como para ser el primer día y escuchando tan poco! No, no se imaginan la emoción. Lo que tengo por delante... no tiene precio.